Dormir la siesta como terapia: la ciencia detrás del descanso breve
Estudios confirman que una siesta corta mejora el rendimiento y el ánimo.
Investigadores españoles concluyeron que siestas de 20 a 30 minutos aumentan la concentración y reducen la fatiga.
El descanso breve activa áreas cerebrales relacionadas con la memoria y la creatividad.
Empresas en Japón y Estados Unidos ya han instalado “cabinas de siesta” para sus empleados.
Dormir más de 40 minutos, en cambio, puede generar inercia del sueño y somnolencia prolongada.